Su abuelo fundó Vida Silvestre, es sobrina de Ginette Reynal y triunfa como modelo en Nueva York
Por esas casualidades del destino, Sofía Reynal (28) dio sus primeros pasos en el mundo de la moda a los 13 años durante unas vacaciones en la Florida, Estados Unidos. Allí, una amiga de su abuela le tomó algunas imágenes andando a caballo y se las envió a Bruce Weber, famoso por sus campañas publicitarias para marcas como Calvin Klein, Abercrombie & Fitch y Ralph Lauren. Al día siguiente, Weber le pidió que fuera a hacer una sesión de fotos para Hollister, y así, sin proponérselo, Sofía debutó como modelo.
–¿Cómo continuó tu carrera después de esas fotos?
–Mi mamá no me dejó seguir modelando hasta que cumpliera los 18 años y terminara el colegio.
–¿Y qué hiciste entonces?
–Mi abuelo, Miguel Reynal, el fundador de Vida Silvestre, me inspiró un montón en el amor por los animales y la naturaleza. Siempre me interesó estudiar cómo impacta nuestra actividad en el medioambiente y que el mundo sea más consciente sobre sus actos. Entonces cuando terminé el secundario, empecé a cursar la licenciatura en Gestión Ambiental en la UADE y, a la par, como había firmado contrato con una agencia de modelos en Estados Unidos, viajaba a Nueva York para trabajar. Así estuve durante dos años, hasta que me di cuenta de que el tema ambiental lo iba a poder encarar más adelante de distintas formas. Dejé la carrera y me instalé en Nueva York. Siempre soñé con viajar y conocer otras culturas.
–¿Y esta vez tus padres te apoyaron?
–Cuando decidí dejar la UADE e irme a Nueva York me dijeron que no me iban a bancar. Me enojé, los acusé de no apoyarme en mi sueño, cerré la puerta y me fui. Pero al final creo que fue lo mejor que me pasó. Tuve que ponerle garra al trabajo y hacer mucho esfuerzo porque si no, no tenía para pagar las cuentas. Y también era una cuestión de orgullo, me pusieron a prueba y me tenía que ir bien para no volver con la cabeza gacha. Después de tres años en los que me fue bien, me mudé sola al centro de Manhattan y les mandé un mail agradeciéndoles.
–En tu familia ya tenías una referente en el mundo de la moda como Ginette Reynal, tu tía segunda. ¿Vos soñabas con ser modelo como ella?
–La moda no me interesaba de chica. De hecho, mi familia se ríe y recuerda que no me gustaban los zapatos ni la ropa, me vivía trepando a los árboles o me tiraba al barro para buscar bichos. Nada que ver a lo que soy ahora. Ginette siempre me apoyó y me incentivó. Me decía: “Sofi, la vas a romper”. Cuando yo estaba en el colegio, la cara de Mía Flores Pirán, su hija, estaba por todas partes. Fue lindo tener una tía y una prima reconocidas y con experiencia en el mundo de la moda. Fueron una inspiración. Yo era chica y las tenía como referentes.
–Con el tiempo, ¿la modelo conectó con la ambientalista?
–Creo que una cosa te lleva a la otra y siempre mantengo a esa niña interior que ama a los animales y a la naturaleza. Aprendí mucho sobre moda sustentable, circular, y cómo las marcas están creando con materia prima natural, como cáscaras de manzana y mango. Creo que nos podemos vestir bien sin olvidarnos del impacto ambiental que causamos.
Estilismo: Romina Giangreco
Producción: @rfgstylecoaching Estudio
Maquillaje y peinado: Natali Pomasoncco para Estudio Correa
Agradecimiento: Lara Martinsen
Sofía Reynal nos habla de sus inicios en la moda en Nueva York y posa para ¡HOLA! Argentina con equipos inspirados en una de las grandes tendencias de este año: las transparenciasLA NACION