Pregorexia. El miedo a engordar durante el embarazo. “Cuentan las calorías de lo que van ingiriendo y tratan de restringir donde pueden”
La pregorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que se desarrolla durante el periodo gestacional, que genera en la mujer que lo padece un miedo constante a engordar y a los alimentos que consume.
Se caracteriza por conductas alteradas para mantener el peso, que pueden ir desde la restricción de calorías y nutrientes, a la realización de ejercicio extremo, y según la modalidad del trastorno pueden combinarlo con atracones y purgas (laxantes, diuréticos, pastillas para adelgazar).
¿Cuáles son las causas?
“Los TCA son multifactoriales, dependen de la combinación de factores: biopsicosocial y familiar para que se desarrollen. Sin embargo, a medida que la sociedad evoluciona y con ella los patrones estéticos y de belleza también, aumenta la carga de estrés, por la idea de perder la silueta durante el embarazo. Esta obsesión por mantener los estereotipos de belleza lleva a que cada día más mujeres embarazadas descuiden la gran importancia de una buena alimentación durante el periodo gestacional, a través de la cual y, entre otros factores, poder asegurarse un buen desarrollo y bienestar en la diada materno-fetal”, explica Mara Fernández, licenciada en Psicología, especialista en TCA y Trastornos de imagen Corporal.
Estudios realizados en Gran Bretaña arrojaron que un 7,6% de las mujeres embarazadas tenían síntomas compatibles con algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria. Un 23,4% reconocía estar muy preocupada por su peso y por su silueta. Y en la Argentina, probablemente, esas cifras sean aún más altas ya que es el segundo país a nivel mundial con TCA.
“No nos olvidemos del refuerzo social en el mantenimiento del TCA, en el sentido de que cuando una mujer pierde peso, sea por el medio que sea, recibe elogios por eso. Este período no es la excepción, inclusive estando en juego la vida de la madre o la del bebé en camino, la restricción alimentaria es un hábito muy difícil de erradicar ya que nos habla de reconocimiento y aceptación social. Y vemos en gimnasios y en redes sociales mujeres embarazadas fomentando la actividad física para mantener el peso durante el embarazo que claramente está bien, pero no así los excesos o la obsesión por mantenerse delgadas”, sostiene Laura Kalfaian, Psicóloga especialista en TCA, Obesidades y Cirugía Bariátrica.
Lo que dejan de consumir durante el embarazo
En general, tratan de controlar el consumo de hidratos de carbono, principalmente porque son los que más están asociados socialmente al aumento de peso. Pan, pastas, pizza, empanadas, tartas, galletitas, snacks y también alimentos dulces como chocolate, tortas y helado, entre otros.
“Los eventos sociales son para ellas un gran problema ya que se encuentran ante una gran oferta de todo este tipo de alimentos que catalogamos socialmente como prohibidos. Comer de ese tipo de alimentos les genera mucha culpa, es lo que más trabajamos en el consultorio. Tratan de controlar todo lo que comen, en muchos casos cuentan las calorías de lo que van ingiriendo en el día y tratan de restringir donde pueden”, expresa Johanna Pees Labory, licenciada en Nutrición, especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidades.
Señales de alerta
Algunos indicios de advertencia específicas de la pregorexia son:
–Rechazo de su embarazo y de su cuerpo.
– Realización de ejercicio excesivo.
– Obsesión con el peso y con las comidas.
– Reducción de la ingesta de calorías.
– Peso por debajo de lo normal durante el embarazo.
– Negación de un posible problema.
Durante su adolescencia, Mariela (34) había sido diagnosticada con anorexia y actualmente se encuentra cursando el octavo mes de gestación. A su miedo por no poder recuperar su peso anterior a la concepción se le sumaron los comentarios de contenido gordofóbico de los profesionales tratantes, los cuales incrementaron su angustia, ansiedad, y conductas relacionadas a la cantidad de calorías, ingredientes de los alimentos, y terror a aumentar más de lo debido. Este último periodo viene experimentado mucha tristeza y desesperanza al mirarse al espejo, y culpa por no poder disfrutar de este momento tan esperado por ella y su pareja, debido a la obsesión por su imagen corporal.
“Nuestra sociedad impone modelos de mujeres que se mantienen delgadas durante la gestación y que luego del parto vuelven a su ´peso ideal´. Las comparaciones siempre son odiosas, y generan pensamientos negativos o descalificativos sobre la propia imagen e influyen en la autoestima, lo que incrementa el porcentaje de mujeres que pueden llegar a padecer este TCA. Es importante entender que hay mujeres que debido a su complexión y tendencia genética engordan menos y otras más”, dice Fernández.
Consecuencias en la mamá y el bebé
En las madres, la pregorexia puede generar descalcificación, desprendimiento prematuro de la placenta, problemas en la lactancia por una baja producción de leche, depresión post parto, hipertensión arterial materna y arritmias cardíacas. En la parte psicológica, debido al trastorno, suelen observarse inconvenientes en el vínculo afectivo con su bebé.
En los bebés, esta enfermedad puede generar bajo peso al momento del nacimiento, parto prematuro, problemas de obesidad, ansiedad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia respiratoria, alteraciones neurológicas y retraso mental.
Pees Labory explica que las recomendaciones acerca de la ganancia de peso ideal para las embarazadas vienen cambiando y que las indicaciones suelen ser muy diferentes en cuánto al peso corporal. Por otro lado, aclara, es importante que el/la obstetra es quién acompaña de cerca cada etapa del embarazo y puede intervenir si así lo requiriese.
“Por supuesto, que el peso es un parámetro importante a tener en cuenta en esta etapa, pero no es lo único, siempre va acompañado de los resultados de los diferentes estudios que se realizan durante esta etapa, de los antecedentes de la mujer embarazada y muchos otros factores. El momento del peso en cada control y el comentario que realiza el profesional al respecto es uno de los puntos clave de esa visita. Esto, muchas veces determinará cuánto y qué va a comer hasta el próximo control, y en muchos casos en forma negativa. Muchos obstetras subestiman el peso de las palabras, y las pacientes se sienten ´retadas´ cuando la ganancia de peso es diferente a la deseada. La ganancia óptima de peso corporal durante el embarazo va a ser determinada en cada caso en particular, teniendo en cuenta que lo más importante es garantizar un ingreso calórico acorde y de calidad para mantener las funciones del cuerpo materno y completar el desarrollo del niño por nacer”, afirma Pees Labory.
Tratamiento: la importancia de grupos de pares y el apoyo de la familia
Una vez diagnosticada, la futura mama debe mejorar su alimentación y tomar suplementos vitamínicos para evitar carencias en su organismo y en el del bebé que se está desarrollando.
“Lo habitual es ponerse en contacto con el médico de cabecera, pero éste debe referir al paciente a un psicólogo y/o psiquiatra para que pueda tratar los problemas psicológicos y emocionales que son la raíz de este trastorno. La terapia puede ser individual, pero también es recomendable que la persona que sufre pregorexia asista a grupos terapéuticos de apoyo, pues la interacción con otras mujeres que padecen trastornos de alimentación puede ser beneficiosa. Es de suma importancia, que el tratamiento por el TCA continúe luego del parto para fortalecer el vínculo madre hijo, y ayudar a que la lactancia sea un momento placentero de encuentro y afecto”, expresa Fernández.
Como en todas las enfermedades de este tipo, el entorno es fundamental para ayudar en la recuperación de los pacientes. Siempre es recomendable no juzgar ni presionar, sino acompañar desde la empatía e incluso alentando a que realicen el tratamiento.
Este trastorno de la conducta alimentaria se caracteriza por conductas alteradas para mantener el peso, que pueden ir desde la restricción de calorías y nutrientes, a la realización de ejercicio extremo, y según la modalidad del trastorno pueden combinarlo con atracones y purgas.LA NACION