Pérdidas por sequía y por bajos precios, otro combo letal para el ingreso de divisas
Un viejo refrán de un cazador decía: “No hay que sacarle la piel al oso hasta no haberlo cazado”. Aplicado a la coyuntura doméstica, no hay que contar las divisas hasta que la cosecha no este adentro de los silos.
En la primera semana de febrero las pérdidas de rendimientos y de producción por la ola de calor, agravada tras un enero sin lluvias, se estiman en 21,20 millones de toneladas entre los dos principales cultivos argentinos, 11,20 millones de toneladas en maíz y 10 millones de toneladas en soja. Así, se pasó de estimar 56 y 50 millones de toneladas para estos cultivos a volúmenes de 44,80 y de 40 millones, respectivamente.
Entonces, de una producción total de granos 2023/2024 que fue proyectada en 138,60 millones de toneladas, ahora caemos a 117,40 millones, de acuerdo con un estudio de Pablo Adreani & Asociados, versus los 80 millones de toneladas producidos en el ciclo 2022/2023, cuando se perdieron 53 millones de toneladas por la sequía, solo entre soja y maíz.
La menor producción tiene impacto directo sobre las exportaciones agroindustriales, que podrían caer a 70 millones de toneladas, versus los 80,50 millones estimados el mes pasado. Y como si lo anterior fuera poco, la baja de los precios internacionales es hoy el principal factor que tendrá impacto directo en el menor ingreso de divisas de la actual campaña.
Opinión. La producción está en alerta amarilla y el país, en alerta naranja
El trigo fue el producto que sufrió las mayores bajas, con pérdidas en el precio FOB de US$140 por tonelada, equivalente al 37%, entre los precios de 2023 (US$375) y de 2024 (US$235).
La segunda mayor baja de los precios, en la comparación interanual, se produjo en el mercado de los aceites vegetales. El aceite de girasol acumuló una merma de US$435 por tonelada, equivalente al 35%, cotizando hoy a US$815 por tonelada, contra los US$1250 de 2023. En el caso del aceite de soja, la baja llega al 25%, tras variar el FOB de 1100 a 820 dólares por tonelada.
El maíz acumuló una baja del 10%, al cotizar hoy a US$190 por tonelada, versus los US$210 anteriores. Esto explica por qué el cereal tiene hoy un precio relativo sustancialmente mayor al de la soja, con una relación de precio soja/maíz que pasó de 2,17 en 2023 a 1,97 en la cosecha actual.
Con estos precios se prevé un mejor resultado económico en los campos de maíz en comparación con los de soja, más allá de las pérdidas por el golpe de calor y la sequía, que pueden generar márgenes negativos aun en las mejores zonas de producción.
Con la pérdida de producción, de saldos exportables y con una menor molienda de soja proyectados con este nuevo escenario climático, el ingreso de divisas se proyecta ahora en US$26.000 millones, versus los US$28.000 millones de la cosecha anterior. La mayor producción 2024 estimada para soja y maíz respecto del peor año de sequía registrado en 2023 no será suficiente para poder compensar la fuerte caída que se produjo en los precios internacionales.
El presente análisis está basado en la fotografía de hoy, de continuar el golpe de calor por una semana más y de no registrarse lluvias que puedan cambiar el actual patrón climático de seca, las pérdidas en la producción pueden ser mucho mayores, afectando aún más el ingreso de divisas.
El autor es presidente de Pablo Adreani y Asoc.
En la primera semana de febrero las mermas de producción por la ola de calor en la Argentina, agravadas tras un enero sin lluvias, se estiman en 21,20 millones de toneladas entre maíz y sojaLA NACION