diciembre 7, 2024

¿Mereció más? Crónica de la mala tarde de Instituto en la derrota 0-2 ante IndependienteAgustín Caretó

Si bien en el segundo tiempo la Gloria mostró otra cara, todo lo malo que hizo en el primero lo condicionó para lo que quedaba.

En medio de un partido en el cual todavía no había pasado absolutamente nada, la historia se comenzó a torcer para Independiente cuando Manuel Roffo protagonizó el blooper de la fecha. El arquero recibió una pelota simple, se acomodó para “reventarla” y le sacó la vista a la bocha. Cuando quiso patear le erró al balón y el uruguayo Neves lo atoró justo para poner el 1 a 0.

Sí, el arquero récord de Instituto y el que nunca se equivoca metió la pata. Sus compañeros, el cuerpo técnico y el estadio entero lo respaldaron de inmediato, pero había que sacar del medio.

A partir de ahí, la Gloria sintió el golpe al mentón y fue un manojo de nervios y desconcentraciones. Tanto así que seis minutos después el Rojo metió otra mano para comenzar a sentenciar la historia.

Marcone metió un “bochón” para Isla, que habilitó un González que definió con categoría desde el borde del área para meter el 2-0.

Desde ese momento Instituto quedó para el cachetazo. Buscando como sea un descuento esperanzador pero exponiéndose a una goleada en contra.

Tanto fue así que el propio Roffo le sacó un mano a mano a González (tras un empujón del capitán Alarcón que pudo ser penal) antes de que terminara el primer tiempo. Hubiera sido demasiado castigo para los de Dabove.

Con el resultado en contra y tras la floja versión del primer tiempo en las tribunas se esperaba que el entrenador moviese al menos un par de piezas. Pero Dabove apostó por los mismos para el complemento y sin brillar ni mucho menos el equipo terminó mostrando otra cara.

De a poco la Gloria fue llevando el partido a campo rival y buscando un gol que nunca llegó. Primero lo tuvo Facundo Suárez, que no aprovechó el “jugadón” que armó Damián Puebla y perdió en el mano a mano con Rodrigo Rey.

Luego el travesaño le ahogó el grito a Ignacio Russo y minutos después el propio delantero le erró al arco tras recibir una habilitación de Roffo. La pelota no quería entrar y cuando lo hizo el VAR ratificó la decisión de no convalidar el tanto que había marcado el ex Patronato por fuera de juego.

Los ingresos de Silvio Romero y Brahian Cuello tampoco fueron una solución para poder descontar, aunque al menos “el Chino” mostró algunas cosas interesantes y dio un par de pases filtrados como la gente.

Luego el DT probó con dos variantes “puesto por puesto” al ingresar Giuliano Cerato por Franco y Stefano Moreyra por Bochi. No cambió demasiado con eso. Solo sirvió para evitar las expulsiones de dos jugadores que estaban amonestados y que seguramente verán acción el próximo domingo en el interzonal con Godoy Cruz.

Si Instituto mostró otra cara en el complemento mucho tuvo que ver la rebeldía de Damián Puebla. “Nino” pidió la pelota y se puso el equipo al hombro. Aún cansado, corrió siempre, dio una mano en defensa y buscó siempre al compañero mejor ubicado para darle la pelota.

Hacía un par bien y quizá una mal. Pero siempre daba la cara. El más joven de todos era el que más se hacía cargo de buscar la pelota en un momento que quemaba porque el tiempo se iba y el resultado no cambiaba.

“Se aprovecharon de nuestros errores. Nos vamos tristes. No es excusa lo de haber tenido poco descanso, podía pasar lo que pasó”, explicó Puebla ante este medio sobre la derrota.

Es cierto que la seguidilla de partidos pasó factura en Instituto (jugó tres encuentros en una semana con un viaje en el medio a Mendoza) pero también es verdad que ayer el equipo jugó mal. Y cuando levantó su nivel no supo capitalizar lo que generó.

De todos modos, no es para dramatizar. El arranque de año sigue siendo muy bueno pero habrá que tomar nota de los errores de ayer.

Si bien en el segundo tiempo la Gloria mostró otra cara, todo lo malo que hizo en el primero lo condicionó para lo que quedaba.En medio de un partido en el cual todavía no había pasado absolutamente nada, la historia se comenzó a torcer para Independiente cuando Manuel Roffo protagonizó el blooper de la fecha. El arquero recibió una pelota simple, se acomodó para “reventarla” y le sacó la vista a la bocha. Cuando quiso patear le erró al balón y el uruguayo Neves lo atoró justo para poner el 1 a 0. Sí, el arquero récord de Instituto y el que nunca se equivoca metió la pata. Sus compañeros, el cuerpo técnico y el estadio entero lo respaldaron de inmediato, pero había que sacar del medio. A partir de ahí, la Gloria sintió el golpe al mentón y fue un manojo de nervios y desconcentraciones. Tanto así que seis minutos después el Rojo metió otra mano para comenzar a sentenciar la historia. Marcone metió un “bochón” para Isla, que habilitó un González que definió con categoría desde el borde del área para meter el 2-0. Desde ese momento Instituto quedó para el cachetazo. Buscando como sea un descuento esperanzador pero exponiéndose a una goleada en contra. Tanto fue así que el propio Roffo le sacó un mano a mano a González (tras un empujón del capitán Alarcón que pudo ser penal) antes de que terminara el primer tiempo. Hubiera sido demasiado castigo para los de Dabove.Con el resultado en contra y tras la floja versión del primer tiempo en las tribunas se esperaba que el entrenador moviese al menos un par de piezas. Pero Dabove apostó por los mismos para el complemento y sin brillar ni mucho menos el equipo terminó mostrando otra cara.De a poco la Gloria fue llevando el partido a campo rival y buscando un gol que nunca llegó. Primero lo tuvo Facundo Suárez, que no aprovechó el “jugadón” que armó Damián Puebla y perdió en el mano a mano con Rodrigo Rey.Luego el travesaño le ahogó el grito a Ignacio Russo y minutos después el propio delantero le erró al arco tras recibir una habilitación de Roffo. La pelota no quería entrar y cuando lo hizo el VAR ratificó la decisión de no convalidar el tanto que había marcado el ex Patronato por fuera de juego. Los ingresos de Silvio Romero y Brahian Cuello tampoco fueron una solución para poder descontar, aunque al menos “el Chino” mostró algunas cosas interesantes y dio un par de pases filtrados como la gente. Luego el DT probó con dos variantes “puesto por puesto” al ingresar Giuliano Cerato por Franco y Stefano Moreyra por Bochi. No cambió demasiado con eso. Solo sirvió para evitar las expulsiones de dos jugadores que estaban amonestados y que seguramente verán acción el próximo domingo en el interzonal con Godoy Cruz. Si Instituto mostró otra cara en el complemento mucho tuvo que ver la rebeldía de Damián Puebla. “Nino” pidió la pelota y se puso el equipo al hombro. Aún cansado, corrió siempre, dio una mano en defensa y buscó siempre al compañero mejor ubicado para darle la pelota.Hacía un par bien y quizá una mal. Pero siempre daba la cara. El más joven de todos era el que más se hacía cargo de buscar la pelota en un momento que quemaba porque el tiempo se iba y el resultado no cambiaba. “Se aprovecharon de nuestros errores. Nos vamos tristes. No es excusa lo de haber tenido poco descanso, podía pasar lo que pasó”, explicó Puebla ante este medio sobre la derrota. Es cierto que la seguidilla de partidos pasó factura en Instituto (jugó tres encuentros en una semana con un viaje en el medio a Mendoza) pero también es verdad que ayer el equipo jugó mal. Y cuando levantó su nivel no supo capitalizar lo que generó. De todos modos, no es para dramatizar. El arranque de año sigue siendo muy bueno pero habrá que tomar nota de los errores de ayer.La Voz

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