“Me arruinó todo el viaje”: es de Uruguay, un tractor le pasó por encima, habló con Lacalle Pou y busca trabajo en la Argentina
“El accidente que me arruinó todo el viaje”. De esta forma, Alexis Mesa, un joven de Río Negro, Uruguay, resume siempre que habla del infortunio de su vida. El joven, hoy de 19 años, tenía cinco cuando un tractor que utilizaba su padre para cortar pasto le pasó por encima. En 2020, después de numerosas operaciones para tratar de salvar la pierna, tuvo que ser amputado. Lo único que lo conecta hoy al campo es el trabajo de su padre, un peón rural que trata de guiarlo, pero también su amor por los caballos. Por eso, comenzó a tocar puertas para, en un futuro, poder tener una carrera ligada a su pasión. Antes, tiene claro que debe resolver un problema que lo agobia y que de alguna manera condicionan su calidad de vida: una pierna ortopédica.
El joven asegura que, si es posible, se mudaría a la Argentina o cualquier país que le ofrezca una mejor oportunidad de estudio y laboral. Hace dos años, le pidió ayuda al presidente Luis Lacalle Pou para agilizar la pensión por invalidez y la pierna ortopédica, tal como contó en Agrofy. Por ese entonces, el mandatario uruguayo se contactó con él, y en efecto el joven consiguió la asistencia económica, sin embargo, asegura que la pierna ortopédica que le facilitó el sistema es pesada, no está hecha a su medida y no la puede utilizar por más de una cuadra.
La intención de Mesa es poder conseguir un trabajo que le permita a él poder comprarse una pierna a medida, liviana, con las medias especiales. Su motivación, no solo por una vida mejor, sino su propio futuro, lo llevaron a postularse a un trabajo como asistente de un tecnólogo equino en un haras en el departamento de La Valleja, en su país, pero algo con el futuro empleador truncó ese sueño, por ahora.
“Era un trabajo de asistente, me iban a pagar muy bien y además iba a tener estudio y todo para especializarme como tecnólogo equino. Me venía muy al pelo porque, además de que iba a ganar un muy buen sueldo, también me iba a poder comprar una prótesis nueva que ando precisando”, relata. Pero el dueño del haras que iba a contratarlo dio marcha atrás porque le detectaron una enfermedad; incluso, intentó contactarlo con campos en el exterior para ayudarlo. La propuesta para trabajar en ese haras de La Valleja surgió tras las repercusiones de un mini documental que le hicieron. Después surgió la idea de que se fuera a trabajar a Suiza, pero asegura que la persona que lo podía recibir tenía lleno el cupo de extranjeros.
“Cualquiera de los trabajos me venía bien. La idea es trabajar en algo relacionado con el campo, que ofrezca también poder estudiar, porque el trabajo va y viene, pero el título no. Por eso me importa demasiado poder estudiar, pero también quiero trabajar para poder comprarme una prótesis buena, nueva y para tener más adelante lo mío”, sostiene.
La carrera de tecnólogo en Producción Equina dura cuatro años. En ese país hay una escuela agrícola ganadera, llamada La Carolina, que brinda el terciario, además de la Facultad de Veterinaria de la República del Uruguay.
“La idea es trabajar con un tecnólogo equino, ir aprendiendo mientras estudio. La Carolina es como una estancia, donde te podés quedar a estudiar en la semana y salir los fines de semana”, dice y sostiene que buscó propuestas en haras que busquen gente. La situación cada vez más se le dificulta.
La pierna que le otorgó el Programa Nacional de Discapacidad del Ministerio de Desarrollo Social [MIDES] de ese país en 2022, si bien lo ayudó, no puede caminar por más de una cuadra en marcha. “La pierna es pesada, me lastima la cadera; me cansa. Para eso, me compré una media especial para colocar la prótesis que me costó 21.000 pesos uruguayos [448.065 pesos argentinos], dejé de usarla porque es pesada y no puedo caminar más de una cuadra. Además, al poco tiempo me quedó grande, no me la hicieron bien porque no queda bien calzada”, sostiene.
Para poder adaptarla compró medias comunes, pero después dice que en el mercado hay medias especiales a las que no tiene acceso, así como también piernas más livianas. El seguro social no le cubre estos gastos. “Para comprarme esa pierna tengo que tener un buen trabajo con un buen sueldo”, completa.
Después de aquel contacto con Lacalle Pou no volvió a tener comunicación con el presidente uruguayo. “El año pasado le mandé un mensaje, pero no me contestó. Hablamos cuando me ayudó a gestionar la pensión, pero después no hablamos más”, relata. Alexis cuenta que vive con el padre y su sueño de ser tecnólogo equino cree que en algún momento lo va a llevar a trabajar con caballos o quizás en algún laboratorio relacionado con esto: “Los caballos es lo que me gusta”. Si bien sostiene que a su padre no le gustó la idea de que se mude a otro lugar para trabajar, sabe que es lo mejor para su futuro. “No le gusta nada que me vaya, pero entiende que es un bien para mí”, completa.
El programa de Discapacidad de ese país le otorga 14.000 pesos por mes [unos 298.927 pesos argentinos]. Por una cuestión de compatibilidad del programa y el sistema laboral, no puede tener un ingreso que supere los 39.000 pesos uruguayos [unos 832.725 pesos argentinos]. El salario mínimo de Uruguay es de 22.268 pesos uruguayos, desde el 1 de enero de este año, según se desprende del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social uruguayo.
El primer recuerdo de Mesa es precisamente escuchando que su padre le pedía que se moviera para poder cortar el pasto. Sin embargo, no le hizo caso, y, por el contrario, se movía de un lugar a otro, en sentido del tractor. Mientras jugaba y sin darse cuenta, el tractor viró, él se tropezó y la máquina le pasó por encima. En total, antes de que los médicos recomendaran la amputación de la pierna, tuvo 13 cirugías, en un intento por salvarle la pierna. “Muchos de los que están leyendo esto saben mi historia, pero nunca la vieron como yo, que la viví en carne propia”, escribió en uno de los videos en sus redes sociales donde se lo ve desde que era un bebé.
Alexis Mesa tuvo un accidente a los 5 años que le afectó una pierna; en 2022, después de 13 cirugías, sufrió una amputación y ahora apunta a una vida mejor; su pasión por los caballosLA NACION