Matanza de pingüinos
Una de las colonias de pingüinos de Magallanes más grande del mundo está a 180 km de Puerto Madryn, en Punta Tombo. Una superficie de unas 290 hectáreas fue declarada Área Natural Protegida 1979 y en 2015 la Unesco declaró Reserva de Biosfera Patagonia Azul los más de 3 millones de hectáreas de la región costera-marina de Chubut, hogar del 40% de la población reproductiva mundial del pingüino de Magallanes.
La Global Penguin Society es presidida por el biólogo argentino Pablo García Borboroglu. Dedicada a conservar las especies de pingüinos, las costas y los océanos que habitan, desde su sitio web se pueden monitorear sus desplazamientos globales gracias a los transmisores colocados en algunos ejemplares,
Los primeros pingüinos llegan a nuestro país en septiembre, al mismo nido del año anterior y hasta principios de abril se aparean, nidifican, incuban huevos y alimentan a sus crías.
Desde un terreno lindero a la reserva de Punta Tombo, un usurpador buscó abrir un camino hacia la playa, en noviembre de 2021. En su afán, con maquinaria pesada, destruyó más de 2000 m2 de hábitat de nidificación, arrasó más de 175 nidos en plena época de reproducción y mató a cientos de pingüinos de Magallanes.
Informes de la Global Penguin Society estimaron que se destruyeron 292 pichones y huevos y que la intervención fue “una de las más destructivas y sin justificación en un ecosistema de importancia global” con un impacto sobre la colonia que podría resultar irreversible.
La fiscal Florencia Gómez, que lleva adelante la acusación contra el productor y empresario Ricardo Adolfo La Regina, junto con la querella pidieron que se lo condene a 4 años de prisión. Se solicitó también una protección ampliada a 500 hectáreas y que pague una indemnización de 518.000 dólares por considerarlo autor penalmente responsable del delito de “daño agravado” y crueldad animal en calidad de delito continuado.
Pasados tres años de los hechos, por primera vez un caso de daño ambiental llega a estas instancias. Sentar el precedente servirá para nuevas denuncias. La crisis ecológica y climática demanda figuras como la del ecocidio, que no está regulada por nuestro Código Penal. Otro capítulo de nuestras leyes que reclama actualización.
Una de las colonias de pingüinos de Magallanes más grande del mundo está a 180 km de Puerto Madryn, en Punta Tombo. Una superficie de unas 290 hectáreas fue declarada Área Natural Protegida 1979 y en 2015 la Unesco declaró Reserva de Biosfera Patagonia Azul los más de 3 millones de hectáreas de la región costera-marina de Chubut, hogar del 40% de la población reproductiva mundial del pingüino de Magallanes.La Global Penguin Society es presidida por el biólogo argentino Pablo García Borboroglu. Dedicada a conservar las especies de pingüinos, las costas y los océanos que habitan, desde su sitio web se pueden monitorear sus desplazamientos globales gracias a los transmisores colocados en algunos ejemplares,Los primeros pingüinos llegan a nuestro país en septiembre, al mismo nido del año anterior y hasta principios de abril se aparean, nidifican, incuban huevos y alimentan a sus crías.Desde un terreno lindero a la reserva de Punta Tombo, un usurpador buscó abrir un camino hacia la playa, en noviembre de 2021. En su afán, con maquinaria pesada, destruyó más de 2000 m2 de hábitat de nidificación, arrasó más de 175 nidos en plena época de reproducción y mató a cientos de pingüinos de Magallanes. Informes de la Global Penguin Society estimaron que se destruyeron 292 pichones y huevos y que la intervención fue “una de las más destructivas y sin justificación en un ecosistema de importancia global” con un impacto sobre la colonia que podría resultar irreversible.La fiscal Florencia Gómez, que lleva adelante la acusación contra el productor y empresario Ricardo Adolfo La Regina, junto con la querella pidieron que se lo condene a 4 años de prisión. Se solicitó también una protección ampliada a 500 hectáreas y que pague una indemnización de 518.000 dólares por considerarlo autor penalmente responsable del delito de “daño agravado” y crueldad animal en calidad de delito continuado.Pasados tres años de los hechos, por primera vez un caso de daño ambiental llega a estas instancias. Sentar el precedente servirá para nuevas denuncias. La crisis ecológica y climática demanda figuras como la del ecocidio, que no está regulada por nuestro Código Penal. Otro capítulo de nuestras leyes que reclama actualización.LA NACION