diciembre 8, 2024

La fecha clásica, una prueba de fuego para el fútbol argentinoJoaquín Balbis

Juega y juega el fútbol argentino, sin tregua y sin pausa debido a los apretados calendarios, en esa mezcla de pasión, tensión y atención que hace a la Liga de nuestro país una de las más atractivas del mundo.

Eso sin que signifique que la competencia sea de gran nivel o esté entre las mejores del planeta a la hora de analizar el nivel organizativo, la calidad de algunos escenarios, la confiabilidad de varios arbitrajes, la enorme cantidad de equipos y la flexible habilitación de determinados clubes participantes, que se verían imposibilitados de ser parte en otras asociaciones más exigentes y menos permeables.

Sin resignarse, habrá que aceptar que estas son las condiciones organizativas con que la AFA define que se juegue la Liga de los campeones del mundo y que una gran cuota de optimismo invita a creer que en algún momento sean más alentadoras y acordes a un campeonato de semejante trascendencia por su rica historia, su usina de tremendos jugadores y sus pergaminos renovados con los recientes títulos de América, Finalissima, Mundial y la calentita clasificación a los Juegos Olímpicos de Francia 2024, adonde se irá en busca de la tercera medalla dorada. Es mucho, muchísimo, como para alentar a que haya un crecimiento cualitativo de las competencias en nuestro fútbol.

En ese marco, se viene una prueba de fuego, una fecha clave para la Copa de la Liga Profesional: la famosa séptima interzonal en la cual se jugarán todos los clásicos que se pueden escenificar con los actuales habitantes de la Primera División argentina.

Al River-Boca, principal del país, se sumarán el de Córdoba, el de Rosario, el de Avellaneda, el de La Plata, el Huracán-San Lorenzo, como los más directos, con la ausencia después de muchos años del santafesino, ya que Colón descendió y Unión jugará contra Independiente Rivadavia de Mendoza, que vaya a saber por qué no juega contra Godoy Cruz, que se cruzará con Instituto.

En territorio cordobés toda la atención estará en el BelgranoTalleres que se disputará en Alberdi. Claro que antes, hoy, ambos deben afrontar sus encuentros de riesgo por la sexta fecha y recién después comenzarán a enfocarse en ese superclásico mediterráneo al que, como siempre se dice, poco importa cómo llegan, más allá de que hoy Belgrano se juega demasiado contra Sarmiento en el Gigante.

Y lo que sí importa, y mucho, son las consecuencias que se generen a partir de lo que suceda en el clásico. Pero, claro, esa será otra historia.

Juega y juega el fútbol argentino, sin tregua y sin pausa debido a los apretados calendarios, en esa mezcla de pasión, tensión y atención que hace a la Liga de nuestro país una de las más atractivas del mundo. Eso sin que signifique que la competencia sea de gran nivel o esté entre las mejores del planeta a la hora de analizar el nivel organizativo, la calidad de algunos escenarios, la confiabilidad de varios arbitrajes, la enorme cantidad de equipos y la flexible habilitación de determinados clubes participantes, que se verían imposibilitados de ser parte en otras asociaciones más exigentes y menos permeables. Sin resignarse, habrá que aceptar que estas son las condiciones organizativas con que la AFA define que se juegue la Liga de los campeones del mundo y que una gran cuota de optimismo invita a creer que en algún momento sean más alentadoras y acordes a un campeonato de semejante trascendencia por su rica historia, su usina de tremendos jugadores y sus pergaminos renovados con los recientes títulos de América, Finalissima, Mundial y la calentita clasificación a los Juegos Olímpicos de Francia 2024, adonde se irá en busca de la tercera medalla dorada. Es mucho, muchísimo, como para alentar a que haya un crecimiento cualitativo de las competencias en nuestro fútbol.En ese marco, se viene una prueba de fuego, una fecha clave para la Copa de la Liga Profesional: la famosa séptima interzonal en la cual se jugarán todos los clásicos que se pueden escenificar con los actuales habitantes de la Primera División argentina. Al River-Boca, principal del país, se sumarán el de Córdoba, el de Rosario, el de Avellaneda, el de La Plata, el Huracán-San Lorenzo, como los más directos, con la ausencia después de muchos años del santafesino, ya que Colón descendió y Unión jugará contra Independiente Rivadavia de Mendoza, que vaya a saber por qué no juega contra Godoy Cruz, que se cruzará con Instituto.En territorio cordobés toda la atención estará en el Belgrano-Talleres que se disputará en Alberdi. Claro que antes, hoy, ambos deben afrontar sus encuentros de riesgo por la sexta fecha y recién después comenzarán a enfocarse en ese superclásico mediterráneo al que, como siempre se dice, poco importa cómo llegan, más allá de que hoy Belgrano se juega demasiado contra Sarmiento en el Gigante. Y lo que sí importa, y mucho, son las consecuencias que se generen a partir de lo que suceda en el clásico. Pero, claro, esa será otra historia.La Voz

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