diciembre 8, 2024

La corrupción estructural en Ucrania, tan destructiva como la guerra

Las últimas revelaciones sobre la corrupción en Ucrania cuentan una historia compleja. Un escándalo ha envuelto al Ministerio de Defensa ucraniano, donde se pagaron 100 mil proyectiles de mortero por valor de unos U$S 40 millones, pero nunca se entregaron. Pero a los pocos días de que salió a la luz esta historia, Ucrania logró su mejor clasificación en el índice anual de percepción de la corrupción elaborado por Transparencia Internacional (TI).

La mejora de la posición en el índice de TI demuestra que los esfuerzos del presidente ucraniano Volodimir Zelenski para tomar medidas enérgicas contra la corrupción, incluso en su círculo íntimo, han llevado a algunas mejoras. Por otro lado, el escándalo de las municiones es un claro indicio de lo generalizada y normalizada que se ha vuelto la corrupción cuando altos funcionarios de defensa y directivos de un proveedor de armas se confabulan para privar a su país de suministros militares vitales en un momento en que enfrenta una crisis existencial.

La corrupción ha sido durante mucho tiempo un problema en Ucrania. Pero en los últimos 10 años, desde que se han recopilado los puntajes anuales de percepción de la corrupción, el país ha mejorado constantemente. Sin embargo, con la excepción de Rusia y Azerbaiyán, ningún otro país europeo es percibido como más corrupto que Ucrania.

Sobreviviendo

Ucrania ha sobrevivido a dos años de amargo conflicto, a pesar de esta corrupción endémica, y ha demostrado una notable resiliencia frente a la agresión de Rusia. Pero estos escándalos de alto perfil y la percepción general de que Ucrania todavía lucha contra la corrupción cotidiana se han convertido en amenazas más existenciales en un momento en que la supervivencia de Ucrania depende, en gran medida, del suministro continuo de ayuda militar y financiera occidental.

Los escépticos de la UE –sobre todo Hungría y Eslovaquia–, pero también influyentes populistas de derecha actualmente en la oposición, como la alemana AfD, han utilizado la innegable corrupción como argumento en contra de una mayor ayuda a Ucrania. De manera similar, en Estados Unidos, los republicanos han argumentado que la falta de supervisión podría significar que la ayuda estadounidense se desvíe para llenar los bolsillos de funcionarios corruptos.

A medida que este debate se vuelve más acalorado y se enreda cada vez más con las campañas electorales para el Parlamento Europeo y la presidencia de Estados Unidos, cualquier supuesta evidencia del uso indebido de fondos hace que sea más difícil para los partidarios internacionales de Kiev ganar el argumento para continuar con el apoyo. Es más, se vuelve menos atractivo incluso hacer el argumento.

Es probable que esto alimente aún más la sensación de derrotismo que ha rodeado los debates públicos sobre Ucrania desde que la actuación de Ucrania en el campo de batalla en 2023 no estuvo a la altura de las aspiraciones de Kiev ni de las expectativas de Occidente.

Las vulnerabilidades de Zelenski

Más allá de la precariedad del continuo apoyo occidental, Zelenski también se ha vuelto más vulnerable internamente. Los repetidos escándalos de corrupción de alto perfil socavan una de sus promesas electorales clave en 2019 de que erradicaría la corrupción.

Si bien el presidente ucraniano ha fortalecido las agencias anticorrupción y ha sido abierto sobre los problemas que Ucrania sigue enfrentando, su continua represión ahora también puede ser enmarcada como políticamente motivada por sus detractores internos. Esto solo servirá para profundizar y afianzar las divisiones políticas en Ucrania. Y eso es lo último que necesita Zelenski en un momento en que ya existe un debate muy divisivo sobre la estrategia de guerra y cuando los desacuerdos entre los líderes políticos y militares del país se han vuelto cada vez más públicos.

En ese frente, no está claro si Zelenski reemplazará a su comandante en jefe, el general Valeriy Zaluzhny, como se ha informado ampliamente, o no tiene el poder para hacerlo. Se dice que el presidente ucraniano le ofreció a Zaluzhny un nuevo papel como asesor de defensa, que se entiende que el jefe militar rechazó. Las relaciones entre ambos se han agriado en los últimos meses, en parte como resultado del fracaso de la contraofensiva ucraniana de 2023 para lograr éxitos significativos en el campo de batalla.

Un fuerte rival interno

El presidente fustigó a su principal general en noviembre de 2023 por decir públicamente que la guerra estaba en un “punto muerto”. También se ha especulado con la posibilidad de que Zaluzhny entre en política y se enfrente a Zelenski en las elecciones presidenciales. Una encuesta realizada en diciembre reveló que, si bien el 62% de los ucranianos dijeron que confiaban en Zelenski, el 88% dijo que confiaba en Zaluzhny.

En conjunto, el escándalo de corrupción y la supuesta ruptura en la cima de la estructura de poder de Ucrania no harán nada para restaurar o mantener la confianza occidental sobre si Ucrania tiene un camino creíble para evitar la derrota, y mucho menos para lograr la victoria. Sin esa confianza, más ayuda parece cada vez más dudosa.

La gota que puede colmar el vaso de la paciencia

Si no se logran avances reales en la lucha contra la corrupción, es probable que el electorado ampliamente prooccidental y proeuropeo del que Zelenski obtiene la mayor parte de su apoyo también se debilite. Un futuro europeo parecerá menos atractivo para las personas que ven el apoyo occidental como un simple apoyo a una élite corrupta.

E incluso si, como es probable, el apoyo a la integración europea y transatlántica seguirá siendo alto, es posible que Zelenski ya no sea visto como su único o más probable defensor.

La corrupción, por lo tanto, sigue siendo fundamental para la crisis existencial de Ucrania. No es el único problema al que se enfrenta el país, y objetivamente puede que ni siquiera sea el mayor. Lo que hace que sea tan importante que Ucrania luche contra la corrupción de manera más efectiva, y que se vea que lo hace, es que la corrupción y la percepción de corrupción exacerban otros problemas y socavan el apoyo interno y occidental crítico.

Por lo tanto, por sí sola, es poco probable que la corrupción rompa a Ucrania. Pero, en medio de una guerra, puede ser la gota que colme el vaso y rompa al país, debido a los efectos colaterales en el país y en el extranjero.

Las últimas revelaciones sobre la corrupción en Ucrania cuentan una historia compleja. Un escándalo ha envuelto al Ministerio de Defensa ucraniano, donde se pagaron 100 mil proyectiles de mortero por valor de unos U$S 40 millones, pero nunca se entregaron. Pero a los pocos días de que salió a la luz esta historia, Ucrania logró su mejor clasificación en el índice anual de percepción de la corrupción elaborado por Transparencia Internacional (TI).La mejora de la posición en el índice de TI demuestra que los esfuerzos del presidente ucraniano Volodimir Zelenski para tomar medidas enérgicas contra la corrupción, incluso en su círculo íntimo, han llevado a algunas mejoras. Por otro lado, el escándalo de las municiones es un claro indicio de lo generalizada y normalizada que se ha vuelto la corrupción cuando altos funcionarios de defensa y directivos de un proveedor de armas se confabulan para privar a su país de suministros militares vitales en un momento en que enfrenta una crisis existencial.La corrupción ha sido durante mucho tiempo un problema en Ucrania. Pero en los últimos 10 años, desde que se han recopilado los puntajes anuales de percepción de la corrupción, el país ha mejorado constantemente. Sin embargo, con la excepción de Rusia y Azerbaiyán, ningún otro país europeo es percibido como más corrupto que Ucrania.SobreviviendoUcrania ha sobrevivido a dos años de amargo conflicto, a pesar de esta corrupción endémica, y ha demostrado una notable resiliencia frente a la agresión de Rusia. Pero estos escándalos de alto perfil y la percepción general de que Ucrania todavía lucha contra la corrupción cotidiana se han convertido en amenazas más existenciales en un momento en que la supervivencia de Ucrania depende, en gran medida, del suministro continuo de ayuda militar y financiera occidental.Los escépticos de la UE –sobre todo Hungría y Eslovaquia–, pero también influyentes populistas de derecha actualmente en la oposición, como la alemana AfD, han utilizado la innegable corrupción como argumento en contra de una mayor ayuda a Ucrania. De manera similar, en Estados Unidos, los republicanos han argumentado que la falta de supervisión podría significar que la ayuda estadounidense se desvíe para llenar los bolsillos de funcionarios corruptos.A medida que este debate se vuelve más acalorado y se enreda cada vez más con las campañas electorales para el Parlamento Europeo y la presidencia de Estados Unidos, cualquier supuesta evidencia del uso indebido de fondos hace que sea más difícil para los partidarios internacionales de Kiev ganar el argumento para continuar con el apoyo. Es más, se vuelve menos atractivo incluso hacer el argumento.Es probable que esto alimente aún más la sensación de derrotismo que ha rodeado los debates públicos sobre Ucrania desde que la actuación de Ucrania en el campo de batalla en 2023 no estuvo a la altura de las aspiraciones de Kiev ni de las expectativas de Occidente.Las vulnerabilidades de ZelenskiMás allá de la precariedad del continuo apoyo occidental, Zelenski también se ha vuelto más vulnerable internamente. Los repetidos escándalos de corrupción de alto perfil socavan una de sus promesas electorales clave en 2019 de que erradicaría la corrupción.Si bien el presidente ucraniano ha fortalecido las agencias anticorrupción y ha sido abierto sobre los problemas que Ucrania sigue enfrentando, su continua represión ahora también puede ser enmarcada como políticamente motivada por sus detractores internos. Esto solo servirá para profundizar y afianzar las divisiones políticas en Ucrania. Y eso es lo último que necesita Zelenski en un momento en que ya existe un debate muy divisivo sobre la estrategia de guerra y cuando los desacuerdos entre los líderes políticos y militares del país se han vuelto cada vez más públicos.En ese frente, no está claro si Zelenski reemplazará a su comandante en jefe, el general Valeriy Zaluzhny, como se ha informado ampliamente, o no tiene el poder para hacerlo. Se dice que el presidente ucraniano le ofreció a Zaluzhny un nuevo papel como asesor de defensa, que se entiende que el jefe militar rechazó. Las relaciones entre ambos se han agriado en los últimos meses, en parte como resultado del fracaso de la contraofensiva ucraniana de 2023 para lograr éxitos significativos en el campo de batalla.Un fuerte rival internoEl presidente fustigó a su principal general en noviembre de 2023 por decir públicamente que la guerra estaba en un “punto muerto”. También se ha especulado con la posibilidad de que Zaluzhny entre en política y se enfrente a Zelenski en las elecciones presidenciales. Una encuesta realizada en diciembre reveló que, si bien el 62% de los ucranianos dijeron que confiaban en Zelenski, el 88% dijo que confiaba en Zaluzhny.En conjunto, el escándalo de corrupción y la supuesta ruptura en la cima de la estructura de poder de Ucrania no harán nada para restaurar o mantener la confianza occidental sobre si Ucrania tiene un camino creíble para evitar la derrota, y mucho menos para lograr la victoria. Sin esa confianza, más ayuda parece cada vez más dudosa.La gota que puede colmar el vaso de la pacienciaSi no se logran avances reales en la lucha contra la corrupción, es probable que el electorado ampliamente prooccidental y proeuropeo del que Zelenski obtiene la mayor parte de su apoyo también se debilite. Un futuro europeo parecerá menos atractivo para las personas que ven el apoyo occidental como un simple apoyo a una élite corrupta.E incluso si, como es probable, el apoyo a la integración europea y transatlántica seguirá siendo alto, es posible que Zelenski ya no sea visto como su único o más probable defensor.La corrupción, por lo tanto, sigue siendo fundamental para la crisis existencial de Ucrania. No es el único problema al que se enfrenta el país, y objetivamente puede que ni siquiera sea el mayor. Lo que hace que sea tan importante que Ucrania luche contra la corrupción de manera más efectiva, y que se vea que lo hace, es que la corrupción y la percepción de corrupción exacerban otros problemas y socavan el apoyo interno y occidental crítico.Por lo tanto, por sí sola, es poco probable que la corrupción rompa a Ucrania. Pero, en medio de una guerra, puede ser la gota que colme el vaso y rompa al país, debido a los efectos colaterales en el país y en el extranjero.La Voz

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © Copyright ©2023 InfoAlvear| Powered by ConnectINC. | Newsphere by AF themes.