Copa de la Liga: Racing va en serio, volvió a golear, frenó a Newell’s e ilusiona a sus hinchas
Los cuatro goles a San Lorenzo no fueron producto de una ráfaga aislada, un fogonazo de pronta extinción. Racing va en serio, juega y golea. Transpira y mueve la pelota. Concentrado del primer al último minuto. Lo ratificó al frenar en seco a la revelación de la Copa de la Liga, a este Newell’s que contaba sus partidos (cuatro) por victorias.
La Academia enmudeció al estadio Marcelo Bielsa, donde no ganaba desde hace 14 años. Apagó la caldera local con la autoridad de un equipo que se perfila para meterse en la discusión importante de la competencia. Repitió la dosis de hace apenas tres días en Avellaneda: cuatro goles. Otro partido para ilusionarse, para explotar con la pólvora de Adrián “Maravilla” Martínez, que del hat-trick a San Lorenzo pasó al doblete contra Newell’s.
Gustavo Costas no deja de agitarse, con gritos y caminatas de un poseído, por más que su equipo le envía señales tranquilizadoras. “Tuvimos personalidad para presionar alto. Son chicos con hambre. Hicimos un gran partido, como contra San Lorenzo”, se alegró el director técnico de Racing. Al minuto del segundo tiempo, Racing acabó con el voluntarismo y los intentos de reacción de Newell’s al asestarle el 3-0. Al ratito llegó el 4-0. Racing fue tan firme y contundente que el árbitro Pablo Echavarría evitó adicionar minutos, el partido ya no tenía ningún misterio ni necesitaba nada más.
Desde el comienzo quedó en evidencia que se enfrentaban dos equipos que llegaban inmersos en una dinámica positiva, confiados, dispuestos a hacer valer sus armas. Se armó un partido intenso, de ida y vuelta, sin especulación. Áspero por momentos –el promisorio zaguero Glavinovich se llevó un codazo en un párpado de Martínez, amonestado-, con movimientos punzantes en otros.
Lo más destacado de Newell’s 0 – Racing 4
Racing empieza a funcionar y ser productivo siendo un equipo nuevo, por la renovación en los nombres y la disposición táctica. La apuesta de Costas sincroniza bastante bien, hay entendimiento y juego asociado. Las piezas encajan, no quedan cabos sueltos. Tiene buen material adentro y afuera (en las próximas horas se incorporarán desde el Preolímpico Baltasar Rodríguez y Marco Di Cesare, nuevo refuerzo). La agresividad por el centro del ataque la pone “Maravilla” Martínez, un auténtico toro, pero se nota un sentido colectivo en la ofensiva y en la defensa. Los movimientos son en bloque, el equipo no se parte. Virtudes muy necesarias para neutralizar a Newell’s.
Santiago Sosa, transformado por Costas en zaguero central, maneja la línea de tres defensores con sobriedad y criterio. En el eje, la combatividad de Bruno Zuculini se combinó con el toque de “Lolo” Miranda. Más abiertos, Solari y Salas prenden el turbo en cuanto los ponen a correr y también colaboran por adentro, son solidarios.
Racing se anima. Llegó también con Mura, el carrilero por la derecha. Quien hasta hace un par de semanas estaba en conflicto con el club por razones contractuales, marcó por segundo partido consecutivo, tras el gol a San Lorenzo. En esta ocasión lo hizo con algo de fortuna, ya que su remate desde fuera del área se desvió en Martino y la pelota hizo una parábola incontrolable para Macagno. Un gol fundamental para empezar a inclinar la balanza.
Newell’s no era menos que su rival. Ya se sabe que Ever Banega es el que marca el rumbo y abre caminos con sus pases y capacidad interpretativa del juego. Al margen de la clase de su capitán, este Newell’s también tiene polenta. No se desmoralizó con la desventaja inicial, pero sí acusó la secuencia de haber dejado pasar la doble oportunidad del empate (atajadas decisivas de Arias ante Banega y el goleador uruguayo Ramírez) y recibir el segundo gol, en una muy buena definición de Martínez. “Ojalá que Martínez siga así, porque además tiene un sacrificio enorme. Lo conocíamos de cuando dirigí en Paraguay. En una final nos hizo dos goles”, expresó Costas.
La posibilidad de que el 2-0 fuera un quiebre se confirmó en el arranque del segundo tiempo, con el golazo de media distancia de Zuculini, un auténtico optimista, la clase de futbolista que nunca sobra en ningún equipo. En la vuelta al club que lo vio surgir, marcó con la camiseta albiceleste después de 10 años.
Racing hasta se permitió darle descanso a Quintero, evitarle el desgaste de dos partidos en tres días. Ingresó con el asunto resuelto, en una demostración del potencial de un equipo que viene haciendo diferencia por lo que tiene y lo que guarda.
Repitió la actuación contundente que tuvo contra San Lorenzo; doblete de “Maravilla” Martínez en el 4-0; hacía 14 años que no ganaba en el estadio Marcelo BielsaLA NACION