noviembre 8, 2024

6 árboles nativos para sumar a tu jardín

A partir de las plantas nativas se sustentan innumerables relaciones que posibilitan la vida en este planeta, puesto que ellas constituyen la base de las cadenas de alimentación tanto en la tierra como en el agua, sea esta dulce o salada. En cada lugar, las plantas nativas se relacionan con otros organismos. Así, insectos, moluscos, crustáceos, aves, reptiles, anfibios, peces o mamíferos encontrarán en ellas refugio y alimento.

Te damos seis opciones de árboles para que elijas la que mejor se adecúe a tu espacio. Incluso, algunos pueden cultivarse en macetas.

1. Acca sellowiana

Es un árbol perenne que suele crecer también en forma de arbusto. Llega a los 6 metros de altura. Tiene follaje persistente, con hojas de color verde glauco. Las flores, primaverales, tienen pétalos blancos con numerosos estambres de color rojo. Los frutos (en verano) y los pétalos carnosos son comestibles. Necesita riego medio y sol o media sombra. Puede cultivarse en macetas de gran tamaño. Se propaga por semillas.

Las flores de este árbol presentan pétalos carnosos que son consumidos por las aves, principales polinizadoras de la especie. Los frutos son alimento de aves y mamíferos, que dispersan las semillas.

2. Enterolobium contortisiliquum

Es un árbol perenne de follaje es semicaduco, traslúcido. Alcanza los 30 metros de altura. Las flores blancas aparecen en primavera y verano. Fructifica en otoño e invierno. Su fruto posee saponinas. Se recomienda riego abundante los primeros tiempos desde la plantación, luego será medio a escaso según la zona y exposición a la sombra o media sombra. Esta especie es de fácil reproducción por semillas y de crecimiento rápido.

Sus flores atraen a insectos polinizadores y estos, a aves insectívoras. Esta planta es hospedera de la mariposa “danzarina grande” (Riodina lycisca). Algunos mamíferos, como los tapires y los pecaríes, se alimentan de sus frutos y pueden dispersar sus semillas.

3. Handroanthus impetiginosus

Es un árbol perenne de follaje caduco. Alcanza los 35 metros de altura. Florece a finales del invierno con flores color rosado, que aparecen antes del nacimiento de las nuevas hojas (proterante). Fructifica en verano. Necesita riego medio y exposición al sol o media sombra. Se propaga por semillas.

Las flores son polinizadas por insectos, principalmente abejorros. La exuberante floración además atrae otras especies, que aprovechan las flores sin polinizarlas, como muchos picaflores que saquean el néctar desde el exterior de las flores, u otras aves que se alimentan de ellas, como los boyeros.

4. Peltophorum dubium

Es un árbol perenne de follaje caduco. Alcanza los 25 metros de altura. Florece en primavera y verano, con flores amarillas que se agrupan en importantes racimos en las puntas de las ramas. Fructifica en verano y otoño. Necesita riego medio y exposición a media sombra. Se propaga por semillas.

Sus flores son polinizadas por insectos, principalmente abejorros, y las aves insectívoras se alimentan de ellos.

5. Phytolacca dioica

Es un árbol dioico perenne; puede considerarse como una hierba gigante. Alcanza los 40 metros de altura. El follaje es caduco. Se caracteriza por formar un “pedestal” en la base, que suele ser de bastante mayor tamaño que el tronco. Las flores blancas aparecen en primavera y verano. Fructifica verano y otoño. Necesita riego medio y tolera tanto sombra como sol. No se recomienda para veredas. Se propaga por semillas.

La polinización del ombú es anemófila, es decir que es polinizado por el viento. Sus frutos son consumidos por aves frugívoras, que dispersan las semillas.

6. Schinus longifolia

Es un árbol perenne de de forma globosa y follaje persistente, con espinas terminales en las ramas. Alcanza 5 metros de altura. Las flores blancas aparecen en primavera y verano. Fructifica de primavera a otoño. Necesita riego escaso y exposición al sol o media sombra. Resiste las podas y es ideal para cercos vivos. Se propaga por semillas

Sus flores atraen a diversos polinizadores y sus drupas –frutos carnosos–, a aves frugívoras. Esta especie suele tener relación con pequeños insectos. La planta encapsula sus huevos y forma agallas, que se visualizan en las hojas mediante un color rojizo que suele confundirse con frutos y en los tallos forman los singulares “matecitos del molle”.

Elegir un árbol nativo trae innumerables beneficios. Lo importante es conocer bien cada una de las especies para seleccionar la que mejor se adapte a nuestras necesidades y a nuestro jardín.LA NACION

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